Los restaurantes centenarios de Barcelona

Can Culleretes

Barcelona es una ciudad rica en historia y cultura y su gastronomía no es una excepción. A partir del siglo XVIII, cafeterías y restaurantes eran puntos de reunión de la aristocracia barcelonesa y los intelectuales de prestigio. El primer café de Barcelona del que se tiene noticia se abrió en 1710, junto al Born. El restaurante en funcionamiento más antiguo de la ciudad —y el segundo más antiguo de España—, se encuentra en el número 5 de la calle Quintana, Can Culleretes, fundado en 1786. Su peculiar nombre proviene de la expresión "Culleretes!", que se repetía constantemente en el local por la gran afluencia de clientes, que requerían más cubiertos. Inicialmente, Can Culleretes era una chocolatería muy popular, pero en el siglo XIX se transformó en un restaurante, ofreciendo una cocina tradicional catalana que se ha convertido en su símbolo de identidad. Este establecimiento ha sido testigo de siglos de cambios sociales y políticos en la ciudad, desde las revueltas industriales hasta el modernismo y las guerras del siglo XX. Con sus salones históricos decorados con fotografías antiguas, Can Culleretes es un sitio donde el pasado cobra vida. Su longevidad y autenticidad de este restaurante es uno de los lugares más emblemáticos para descubrir la tradición gastronómica de Barcelona, pero existen otros.

Restaurante Les 7 Portes

En el paseo de Isabel II, frente a la Lonja de Mar, hay un edificio que destaca por sus arcadas y el espacio interior que delimitan los porches. La obra, la más cara jamás iniciada en Barcelona, fue financiada por un indiano, Josep Xifré, que había hecho la fortuna en Cuba y Estados Unidos. Por eso, en los medallones que coronan los pilares de los porches hay varios personajes históricos, relacionados con el descubrimiento de América, como Pizarro, Cortés, Colón, etc. En la esquina de este edificio se instaló, en 1836, otro Café emblemático, que en 1929 se convirtió en restaurante. Es el 7 Portes, conocido por su historia y su ubicación cerca del puerto. A partir de los años 50 del siglo pasado se convierte en un lugar de reunión de artistas e intelectuales y todavía se conservan las sillas en las que se sentaron Picasso, Ava Gardner o el doctor Fleming. 

Els Quatre Gats

Els Quatre Gats es un café icónico situado en la calle Montsió de Barcelona que abrió sus puertas en 1897. Inspirado en el cabaret parisino Le Chat Noir, este establecimiento fue fundado por Pere Romeu, con el apoyo de los artistas Santiago Rusiñol, Ramon Casas y Miquel Utrillo. Romeu quería crear un espacio donde el arte, la cultura y la bohemia se encontraran, y los Quatre Gats se convirtió rápidamente en un punto de encuentro clave del modernismo catalán. El edificio, diseñado por Josep Puig i Cadafalch, es un destacado ejemplo de la arquitectura modernista, con detalles que reflejan el espíritu artístico de la época. En su sala, se celebraron exposiciones, tertulias literarias y musicales, e incluso espectáculos de títeres. Fue un sitio frecuentado por figuras como Antoni Gaudí, Pablo Picasso y Joan Miró. Pese a su éxito artístico, el establecimiento cerró en 1903 por dificultades económicas, pero su legado perduró como símbolo del modernismo. Reabierto en 1989, hoy es un restaurante que conserva el espíritu cultural de la época y atrae a locales y turistas con su historia y encanto únicos.

 

Los bares de tapas Quimet & Quimet, fundado en 1914, en el Poble-sec, y El Xampanyet, abierto desde 1929 en el barrio del Born, o los restaurantes Agut, abierto en 1924 en el Barrio Gótico y Casa Leopoldo, fundado en 1929 en el barrio del Raval, son otros establecimientos históricos que integran el patrimonio arquitectónico i gastronómico de la ciudad. 

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