Del acueducto a la acequia Comptal

Acueducto romano (Plaça Nova)Serge Melki

Los romanos levantaron la colonia de Barcino entre dos ríos, el Besòs y el Llobregat, y al pie de las rieras que bajaban de Collserola, que abastecían de agua el núcleo urbano. Más tarde, el agua sería la fuerza que movería los molinos de la ciudad medieval y un recurso imprescindible para el funcionamiento de las primeras fábricas de tejidos del siglo XVIII. La fuerza del agua en Barcelona se revela en los topónimos de muchas calles que llevan nombres de torrentes —de las Flores, de la Olla, de Vidalet... —, de fuentes —de Fargas, de Canyelles, del Mont...— o de rieras —de Sant Miquel, de Horta… —. Incluso la Rambla era un torrente dibujado por el agua en su trayecto hacia el mar. 

En la Barcino romana, dos acueductos suministraban el agua necesaria para abastecer los baños y las termas, las fuentes públicas o las viviendas. El agua que abastecía los acueductos debió de provenir de Collserola, en un caso, y del Besòs, en el otro. Ambas estructuras confluían en la muralla junto a la puerta de la actual plaza Nova, donde se han conservado restos —hay un arco reconstruido sobre los cimientos originales—, mientras que en la calle Duran i Bas se ha descubierto un tramo de cuatro arcadas incorporadas a una pared medianera. Estos arcos acabarían dando el nombre a uno de los burgos fuera muralla, Vilanova dels Arcs, ya entrada la Edad Media. El acueducto que llevaba el agua del Besòs desde Montcada era de gran envergadura, de más de 11 km de largo. 

“ Es propio de la grandeza romana llevar agua pura y abundante,
a través de arcos gigantes, hasta el corazón de la ciudad 
Cicerón 

Acueducto romano (plaza del Vuit de Març)

El acueducto romano llevó agua a la ciudad durante muchos siglos, hasta el momento en que se iniciaron las obras de la acequia Comptal, la segunda gran obra de transporte de agua a la ciudad. La acequia se construyó en el siglo X, aprovechando la antigua vía de agua romana, y cruzaba lo que entonces eran los pueblos de Sant Andreu, Sant Martí de Provençals, y los territorios del actual Eixample y el barrio del Fort Pienc, hasta el barrio de la Ribera, donde se utilizaba para regar los campos y los huertos adyacentes a la ciudad. 

En el interior de las murallas, la instalación suministraba agua al barrio de Sant Pere y Portal Nou, por lo que esta zona tuvo un gran desarrollo, primero artesanal y después industrial. La acequia proporcionaba agua a los diferentes talleres de oficios de la zona, y a finales del siglo XIII se han documentado hasta trece centros de molinos. A finales del siglo XIX la acequia perdió importancia, aunque continuaría utilizándose para regar los huertos del barrio de Sant Andreu de Palomar. Actualmente, en el barrio de Vallbona, en la plaza del Primero de Mayo, se conserva un tramo de la antigua acequia a cielo abierto, y también se puede ver un tramo bien conservado dentro del yacimiento del Born. 

“ Los dioses nos han dado el agua para satisfer nuestras necesidades,
y los hombres han construido canales para llevarla hasta nosotros
Sexto Julio Frontino



La acequia Comptal en la plaza Primer de Maig y el mercado del Born

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