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Restos
del poblado ibérico de Magòria (Montjuïc) | Carme Miró
Un grupo de arqueólogos trabaja con
delicadeza sobre el poblado ibérico de Montjuïc. A medida que van desenterrando
la historia, van documentando y poniendo luz en los orígenes inciertos de la
ciudad. Existen escasos vestigios anteriores a la fundación de la ciudad por
los romanos, que llegaron a la zona en el siglo I aC. Los restos más antiguos
encontrados se remontan a hace 4000 años, al final del Neolítico. Entre los
siglos VI y I aC, el llano de Barcelona fue ocupado por los layetanos, un
pueblo íbero instalado en las actuales comarcas del Barcelonès, Vallès, Maresme
y Baix Llobregat, donde hay restos de varios poblados.
“ Los íberos tienen sus ciudades bien situadas para defenderse, son fortalezas naturales, tal y como dice su historia de luchas contra los invasores contra els invasors
— Livio
La situación estratégica de Montjuïc,
que facilitaba la navegación y el intercambio comercial, tanto a través del
Mediterráneo como en el interior del territorio, motivó a los íberos a fundar
un incipiente núcleo urbano y comercial en la cima de la colina, posiblemente
el Barkeno, tal y como se desprende de las inscripciones de dos monedas
acuñadas a finales del siglo III aC. En 1928, con motivo de la apertura de la
vía férrea que conectaba el Puerto con Barcelona, y en 1929, durante la
construcción del Estadio Olímpico Lluís Companys, se localizaron varios restos,
entre ellos, un conjunto de silos que fueron interpretados como almacenes
destinados al comercio por vía marítima, ya que permitían acumular grandes
excedentes. Se documentaron hasta 21. Diez de estos silos tienen unos 20.000
litros de capacidad, hay cuatro con una capacidad de más de 50.000 litros, y el
mayor, de unos 80.000. La excavación de este conjunto permitió recuperar un
gran volumen de cerámica ática de barniz negro, una espada de hierro y un
fragmento de mortero de mármol helénico.

Fragmentos cerámicos áticos procedentes de los silos ibéricos de la via de Magòria (Montjuïc)
En 1946, en el interior de uno de los
silos excavados se localizó un carro fechado en el siglo IV aC. Se pudieron
recuperar las dos ruedas y parte del conjunto de piezas metálicas de la rueda.
En 1987, en una excavación de urgencia, se documentó la existencia de un nuevo
poblado ibérico donde actualmente se ubica el Castillo de Puerto, en el lado
oeste del Fossar de la Pedrera. Montjuïc seguiría siendo habitado por los
íberos en los siglos III y II aC, pero el uso intensivo de la montaña como
cantera y su urbanización en fechas recientes han provocado la pérdida de la
mayoría de los restos. En otros puntos del área metropolitana se han encontrado
restos mejor conservados de antiguos poblados fortificados situados en lugares
estratégicos, como el Cerro de la Rovira, el Cerro de Moncada o el yacimiento
del Puig Castellar, en Santa Coloma de Gramenet.

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Vista de un silo ibérico con cornamentas de venado | Francesc Antequera
Yacimiento del Puig Castellar (Santa Coloma de Gramenet)